El cardenal, los 20.000 curas y los niños perdidos

El cardenal perfecto de la Congregación para el Clero del Vaticano, el brasileño Claudio Hummes, en unas recientes declaraciones en la revista romana “Vida Nueva” y recogidas por varias agencias de nuestros país, ha calificado a la pedofilia como un crimen terrible y aunque intenta dejar claro que la mayoría del clero no tiene nada que ver con esto reconoce que unos 20.000 sacerdotes católicos están implicados. La iglesia -continua diciendo- no puede aceptarlo y los culpables deben ser castigados.

Hasta aquí la noticia, valorémosla.

La cifra de 20.000 sacerdotes pederastas parece escandalosa, significaría que un 4% de los clérigos católicos lo son. Sin embargo, este dato contrasta con los aportados por el Departamento de Investigaciones sobre Abusos Religiosos (DIAR) que afirma -después de un extenso estudio- que un 30% de los sacerdotes mexicanos (de todas las religiones) comete abusos sexuales, un 30% de los cuales son cometidos con menores. El centro de información sobre sectas, religiones y nuevos movimientos espirituales de México afirma que en España existe un estudio con datos similares.

Las cifras dadas por el cardenal quedan pequeñas. Pero no todo es malo, parece ser que en Roma empiezan a darse cuenta de que esconder sus pecados les es contraproducente. ¿Se acabará de una vez la creencia que los curas son menos delincuentes que el resto de los humanos? ¿Se acabará por fin la ocultación de los casos? ¿Se acabará de una vez por todas la complicidad de las altas jerarquías eclesiásticas? Queda por ver cuándo dejan la calculadora a un lado y se empieza a denunciar a esos “20.000” a la justicia ordinaria, de momento hasta que la iglesia católica presente las pruebas que constan en su poder, el Papa es y será el último responsable de cada niño violado. ¿Podrá dormir tranquilo?

Mientras tanto miles y miles de niños y niñas de todo el mundo sufren en silencio su particular desgracia, un trauma de por vida y sus graves secuelas. Viven, perdidos, en su exclusivo País de Nunca Jamás (tú ya me entiendes Michael).